Cancha Embarrada / Sergio Albino

El autor formó su equipo soñado para salir a la cancha. El seguimiento velezano de estos escritos permite observar dos cualidades: una, la inmaculada relación entre el hombre, la pelota y lo lúdico llevado adelante con seriedad, y dos, la perspectiva futbolera desde la tribuna. Los narradores no son héroes ni genios, son personas sencillas que, por una pasión desenfrenada, llevan adelante acciones para nada racionales. Cuando el autor narra desde la cancha, sus jugadores son amateurs, barriales, locales, profesionales de la pasión por el juego. Cuando la visión empieza desde la tribuna, la cancha se transforma en una iglesia, en un lugar sagrado donde los fieles son capaces de secuestrar a San Cayetano, de pergeñar el asesinato de Grondona, de declamar líricamente a Bianchi o Chilavert, o de argumentar, a través del mismo, la vana penetración cultural del anglicismo. Lo local aparece en Villa Vallier o en el centro de Escobar, en la llegada de un supermercado o un recital en un bar sobre Tapia de Cruz. El potrero y los grandes jugadores de muchos clubes también tienen su lugar en este libro, donde se analiza desde la estética, la impronta de cada jugador desde su lugar...